miércoles, 24 de junio de 2020

ADVENIAT REGNUM TUUM - PARTE VII


ADVENIAT REGNUM TUUM  - PARTE VII
¡UNIDNOS A TODOS LOS HIJOS VUESTROS DE LA CATÓLICA ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA, UNIDNOS EN VOS,
OH SACRATÍSIMO CORAZÓN!

Profundo gemido de angustia sale cada día ¡oh Corazón divino! De las entrañas de esta vuestra nación predilecta, donde habéis prometido reinar, y con más esplendor que en otra parte alguna.  Con los cánticos de loor que se alzan de millares de pechos en torno de vuestros altares durante este Mes, confúndese el ¡ay! congojoso de la tribulación que ahora más que nunca los amarga y despedaza.

Uno solo será, en vista de ello, el grito de todos los buenos en estos solemnes momentos; uno solo el ardiente ruego que os dirigirán en el día de vuestra festividad.

¡Unidnos a todos los hijos vuestros de la católica España! ¡Unidnos en Vos, oh Sacratísimo Corazón!

Foco del amor más puro; imán de la atracción más santa; lazo de la unión más firme y estrecha; pacificador de los ánimos más discordes; blando y dulcificante de las más recias asperezas; ideal y norte seguro de las empresas más generosas; todo eso sois, ¡Corazón Sacratísimo! Y todo eso ven en Vos cuantos verdaderamente os aman, veneran y sirven.

¡Unidnos, pues, a todos los hijos vuestros de la católica España! (e Hispanoamérica)* ¡Unidnos en Vos, oh Sacratísimo Corazón!

En la obediencia y docilidad más rendidas a nuestro buen Padre y Supremo Pastor León XIII; en la sumisión más completa a la legítima autoridad de nuestros diocesanos Pastores; en el respeto más filial a las disposiciones y ordenamientos de la jerarquía eclesiástica, según ley de Dios y doctrina de su Santa Iglesia: sobre esas bases firmísimas, únicas verdaderas, continúen cimentadas todas nuestras obras y asegurada y garantizada su perfecta ortodoxia.

¡Unidnos así a todos vuestros devotos de la católica España! ¡Unidnos en Vos, oh Sacratísimo Corazón!

En el amor y adhesión más incontrastables a las religiosas tradiciones de nuestros mayores; en el celo más fervoroso y constante por felizmente restaurarlas en toda su integridad; en el odio más tenaz y radical a la moderna herejía atentadora contra vuestros soberanos derechos; en la prevención y recelo más suspicaces contra todas las opiniones que se allegan al Naturalismo y Racionalismo; en la oposición más absoluta y decidida contra el maligno poder de las sectas masónicas y sus afines; hacednos ¡oh Corazón divino! Un solo corazón y una sola alma; dadnos un solo lenguaje, un solo proceder, unanimidad perfecta, cogitatione, verbo et opere.

¡Unidnos de esta suerte a todos los católicos de España! ¡Unidnos en Vos, oh Sagrado Corazón!

¡Familia concorde seamos de la cual Vos único Padre; ejército compacto del cual Vos único Jefe; organización robusta de la cual Vos centro y eje principal!  ¡Arrancad y extirpad de en medio de nosotros cuanto no seáis Vos, o no vaya a Vos dirigido, o no venga por vuestro espíritu animado; la ciega pasión; el amor propio engendrador de discordias; la ambición y el personal interés; las malquerencias de partido o bandería; el prurito de la necia rivalidad mundana.  Y en su lugar plantad y avivad el fraternal afecto; inspirad la mutua confianza; alentad competencias de abnegación y sacrificio; acrecentad el celo purísimo por vuestra gloria, pospuesto y relegado a secundario lugar todo humano punto de vista, en aras de vuestra causa que es la única eterna, primaria, esencia, universal.

¡Oh! ¡Unidnos así a todos los españoles (e Hispanoamérica) *, Corazón Sacratísimo! ¡Unidnos en Vos de esta suerte, oh Sagrado Corazón!  Lo dijisteis ¡oh buen Jesús!  Y no ha de faltar: Omnia traham ad meipsum.  Atraednos, pues; trahe nos; elevadnos, alzadnos del fango de nuestras miserias a la divina alteza de los pensamientos y deseos de vuestro adorabilísimo Corazón!
*Agregado mío.

Fin de la séptima parte 
transcrito y agregado para El Tesoro de Janua Coeli 
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