sábado, 11 de noviembre de 2017

LITANIA IN LAUDEM BEATISSIMAE VIRGINIS MARIAE APUD PERUVIAM



Existe una letanía que los peruanos debiéramos no sólo conocerla sino recitarla frecuentemente, pues además de tener su origen en nuestras tierras, es de una inspirada y sobrenatural belleza. Se le atribuye al piadoso e infatigable arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, quien nutrió durante su vida una profunda devoción a la Santísima Virgen. El III Concilio Limense dispuso en 1592 su inclusión en el Ritual de la Iglesia Metropolitana de Lima, y durante muchos años se la recitó todos los sábados en la Catedral metropolitana.

Dicha letanía suscitó la admiración del renombrado historiador eclesiástico, P. Rohrbacher“Después del segundo Concilio de Lima, reunido bajo Santo Toribio en 1591, se encuentra el Manual de Devoción o Ceremoniario de esta iglesia metropolitana, publicado por el santo arzobispo. Él merece ser consultado; allí todo está reglamentado con detalle: desde el toque de las campanas, hasta las funciones del organista y de los niños del coro. Viene enseguida un Breve de Paulo V, dado el 2 de diciembre de 1605, que concede indulgencias a una amabilísima devoción de los peruanos hacia la santa Madre de Dios.Todos los sábados por la tarde, indios y españoles se juntan en la iglesia, al fin de Completas, para cantar u oír cantar la Salve Regina y las letanías de la Santísima Virgen; letanías más largas, más variadas y a nuestro parecer, más piadosas incluso, que las letanías lauretanas” (P. Réné François Rohrbacher, Histoire Universelle de l’Église Catholique, París, 1866, t. XIII, p. 849).





Recomendable estas excelsas Letanías al rezarlas o invocarlas se reciben las divinas gracias.
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