LA SANTA CRUZ DE JERUSALÉN – ORACIÓN
ESPECIAL Y PROMESAS
INTRODUCCIÓN
Las celebraciones de la Santa Cruz en el mundo se realiza el 3 de Mayo con una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró en el año 326.
Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso.
Eusebio de Cesárea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios.
Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:
"Con este signo vencerás".
Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena".
Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador y puso el mayor cuidado en hacer respetar a la Cruz por todo el imperio. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.
Hay, además, otros escritores célebres como San Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.
En la excavación que mandó practicar los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor, halláronse tres cruces y se conoció la de Jesús por los repetidos prodigios que a su contacto se obraron, como fue la curación instantánea de una mujer enferma desahuciada que al tocarla, quedó curada y otro hecho referente a la resurrección de un muerto.
Santa
Elena edificó allí mismo un suntuoso templo, donde dejó parte de la Santa Cruz,
remitiendo a su hijo otra con los clavos y titulo que hoy se veneran en Roma, y
en la iglesia de Santa Cruz en Jerusalén.
Elena y
el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en
procesión por las calles de la ciudad.
A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano. En España es tan antigua la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, que se celebraba ya en el siglo VII. En el santuario de Liébana se venera un brazo entero de la Santa Cruz, traído de Jerusalén por Santo Toribio, obispo de Astorga, a su regreso a España.
Últimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta en muchos lugares. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando en algunas partes del mundo como en Granada, España.
¡Felicidades a quienes celebran esta fiesta!
“Otra vez
os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra cerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en
los cielos.”
Mt. 18, 19
ORIGEN Y PROMESAS DE ESTA ORACIÓN
Esta oración fue encontrada sobre la sepultura de Jesucristo
en 1709 y enviada por el Papa al Emperador Carlos, cuando partió para el
ejército a combatir a los enemigos y la envió a San Miguel en Francia.
El que lea esta oración, la oiga leer o la lleve consigo con
fe y devoción:
1.No se quemará ni se ahogará ni podrá ser envenenado con
ningún veneno, caer en las manos de sus enemigos o ser vencido en las batallas.
2.Si una mujer se halla encinta y oye leer, lee o lleva
consigo esta oración, saldrá pronto de su cuidado, será siempre tierna madre y
colocando la misma oración a la derecha de su criatura, cuando haya nacido, la
preservará de 83 accidentes.
3.El que lleve esta oración consigo nunca se verá atacado de
epilepsia y cuando se vea caer en la calle cualquier persona con este mal,
basta colocar esta oración a su derecha para que se levante como si nada le
hubiera pasado.
4.El Señor ha dicho que se bendecirá
al que escriba esta oración para sí o para otros.
5.La casa que tenga esta oración, se
verá exenta de los peligros del rayo y trueno.
6.Al que diga diariamente, recibirá
tres días antes de su muerte el aviso del cielo.
7.El que se burle de ella o la
desprecie recibirá el castigo del cielo.
ORACIÓN A LA SANTA CRUZ y la devocion a los mil jesús
¡Oh Santa Cruz!, madero hermoso en donde
murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario, ante ti me
humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo, que por los padecimientos
que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales
y corporales que me convengan. Elevada ante el mundo eres faro luminoso que
congregas a tu alrededor a la cristiana grey para entonar cantos de gloria al
Cristo Rey, al Dios Hombre que siendo dueño de todo lo creado permitió ser
crucificado sobre ti para la redención del género humano. Sobre ti se operó el
asombroso misterio de la Redención del Mundo, desde entonces libra al cristiano
de la culpa original, puede llamarse hijo de Dios Eterno y aspirar a la Gloria
Celestial. ¡Bendita seas!, por los siglos de los siglos, fuiste entre los
paganos signo de baldón y afrenta y hoy eres emblema del cristiano y esperanza
para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo a quien
esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amén.
Santa
Cruz de mi Jesús expiró por darnos luz, yo te doy mi reverencia
¡Oh
preciosa y Santa Cruz! El camino que nos marques en el mundo seguiremos
que con
la Cruz siempre abrazados con su signo venceremos.
Oh Dios
omnipotente que sufriste en la cruz la muerte para redimirnos de nuestros
pecados.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, sé mi verdadera luz.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, sé mi esperanza.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, aleja de mí toda arma cortante.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo mal.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de salvación.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa
Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes temporales y corporales
para que pueda adorarte siempre así como a Jesús Nazareno, a quien imploro para
que tenga piedad de mí.
Haz que
espíritu maligno visible o invisible huya de mí por todos los siglos de los
siglos. Amén.
En honor
de la preciosa sangre de Jesucristo y de su penosa muerte.
En honor
de su resurrección y de su encarnación divina por medio de la cual puede
conducirnos a la vida eterna.
Que así
como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que ha sido crucificado el
viernes Santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la Cruz y que
Jesucristo subió al cielo, que así se digne liberarme de los ataques de mis
enemigos, tanto visibles como invisibles, desde hoy por todos los siglos de los
siglos. Amén.
Dios Todo
Poderoso entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín,
Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente
cuando tu alma sagrada se separó de tu cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se
separe de este mundo.
Oh Jesús,
concédeme el valor para soportar mi cruz a imitación tuya; enséñame a llevar
con paciencia todos los sufrimientos y que mi temor a ellos se convierta en
virtud. Que la omnipotencia del Padre se digne a cubrirme con la sabiduría del Espíritu
Santo. Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario